En 2021 se estrenó la película Adieu Lacan, dirigida por el cineasta norteamericano Richard C. Ledes, la cual está inspirada en el testimonio de la psicoanalista brasilera Betty Milan sobre su análisis con Jacques Lacan. La película presenta una mirada íntima al trabajo de Lacan en las sesiones con su paciente, desde la perspectiva particular del director. Esta película no ha sido presentada previamente en nuestro país. La NELcf-Cali invitó a la presentación de la película, la cual estuvo seguida por un conversatorio por Zoom en el que participaron las tres secciones de la NELcf en Colombia. La película está en inglés con subtítulos en español y tiene una duración de 1 hora 30 minutos.
La proyección de la película en la NELcf-Cali fue el lunes 30 de enero a las 7:00 pm. El Conversatorio se realizó el martes 31 de enero a las 7:30pm y fue transmitido por Zoom.
Directorio de la NELcf-Cali
El psicoanálisis en la cámara de Gessell
Por: Manuel Alejandro Moreno Camacho
La cámara de Richard Ledes me evocó otro tipo de cámara. Muy común en psicología, en pedagogía y en criminalística, pero menos estimada en psicoanálisis. La película Adieu Lacan parece una irreverencia: meter el psicoanálisis en una cámara de Gessell. ¡Qué manera de alimentar alguna pasión voyeur! Conmigo funcionó, lo confieso: ver a Lacan en acto durante una sesión analítica suena bastante tentador.
¿El psicoanálisis en una vitrina a la vista de todos? ¡Qué horror! Aunque… no tendría porque resultar tan mal. En pleno siglo XXI, un cineasta norteamericano se interesa por hacer una película en la que el protagonista es el psicoanálisis, la experiencia analítica, más precisamente la propuesta de Lacan.
La película es bella, la lógica del caso es conmovedora. Alcanza trasmitir algo de la reclamada utilidad directa del psicoanálisis, al mismo tiempo que reivindica su singularidad en comparación con otras alternativas terapéuticas en nuestros días. Pero es al mismo tiempo un desafío. En una época que tiende a las clasificaciones, a la fijación de las identificaciones y a la reificación de las relaciones humanas, la película corre el riesgo de convertirse en imagen cristalizada, referente técnico, ejemplo y modelo a seguir. Los siempre imponderables efectos no calculados de la acción.
Un desafío es al mismo tiempo una oportunidad. Para que el psicoanálisis exista, para que sobreviva, tendrá que haber psicoanalistas, tendrá que haber analizantes en el dispositivo, es decir, tendrá que sostenerse como un artefacto cultural válido y estimado por comunidades de sentido. La película es un indicador de que eso persiste, insiste y se sostiene, a más de cien años del descubrimiento freudiano; y es, al mismo tiempo un impulso, un propulsor para el anclaje cultural de la práctica psicoanalítica en la orientación de Jacques Lacan.
Quisiera destacar tres cuestiones que despertaron mi interés en la película:
- La manera en la que es representada la premisa lacaniana que indica que: el/la psicoanalista es quien escucha y actúa en la dirección de la cura, y es también quien reflexiona, teoriza sobre el caso, da cuenta sobre su acto y enuncia su posición en la dirección de la cura. Esto pasa todo el tiempo en la película, aunque en la versión ficcionada de una sesión analítica propuesta por el cineasta todo parece muy claro. No es exactamente así en la realidad de la práctica.
- La danza de la trasferencia: creer en el fetiche, bailar capoeira, como en el sueño María. Es una bonita forma de representar que el analista se prestará al uso que convenga a la medida de cada analizante.
- Los embrollos del lenguaje. La incesante experiencia de la traducción. El lenguaje, las lenguas, lalengua. Una película hablada en inglés, que vemos con subtítulos en español, sobre una mujer brasilera de habla portuguesa, descendiente de libaneses, que va a parís a analizarse en francés. Embrollos del lenguaje.
El psicoanálisis es un producto de la cultura. Una oferta para la mitigación del padecimiento subjetivo y el malestar en la civilización. Cambia conforme el horizonte de la época. Está vivo y dialoga con otras formas culturales como, en esta ocasión, el cine. Yo personalmente agradezco una película como la de Richard Ledes, que abre la vitrina y nos invita a hablar de nuestra práctica en escenarios en los que los códigos de intercambio son heterogéneos, lo cual implica un esfuerzo mayor de conversación con el otro, con lo otro. La película Adieu Lacan es una oportunidad para salir de la intimidad del consultorio y saber decir con el psicoanálisis en el escenario social.