Proyección de la película Adieu Lacan – Comentario: ¿Qué interpretación es analítica?

En 2021 se estrenó la película Adieu Lacan, dirigida por el cineasta norteamericano Richard C. Ledes, la cual está inspirada en el testimonio de la psicoanalista brasilera Betty Milan sobre su análisis con Jacques Lacan. La película presenta una mirada íntima al trabajo de Lacan en las sesiones con su paciente, desde la perspectiva particular del director. Esta película no ha sido presentada previamente en nuestro país. La NELcf-Cali invitó a la presentación de la película, la cual estuvo seguida por un conversatorio por Zoom en el que participaron las tres secciones de la NELcf en Colombia. La película está en inglés con subtítulos en español y tiene una duración de 1 hora 30 minutos.

La proyección de la película en la NELcf-Cali fue el lunes 30 de enero a las 7:00 pm. El Conversatorio se realizó el martes 31 de enero a las 7:30pm y fue transmitido por Zoom. 

Directorio de la NELcf-Cali 

¿Qué interpretación es analítica?

Por: Gladys Martínez

Mis agradecimientos a la NELcf-Bogotá, en cabeza de Miguel Gutiérrez, su actual director, por la invitación a este conversatorio en torno una película que no tenía en mi radar, pese a que el cine es una de esas pasiones que me produce gran alegría. Película y conversatorio que he recibido como una provocación. Provocación en torno a temas que nos conciernen profundamente en una formación permanente, la formación analítica, a la que nos hemos comprometido en tanto practicantes del psicoanálisis.

A partir del film, quisiera interrogar ¿Qué interpretación es analítica?  Porque interpretar es una labor casi que incesante para todo ser hablante.

Contamos con una orientación preciosa de Jacques-Alain Miller cuando se dirige a los rusos, en mayo del 2021, vía zoom, para la presentación de una revista de psicoanálisis del Campo freudiano en lengua rusa. El video lo encuentran en Lacan TV con el nombre de La escucha con y sin interpretación[1]. Miller nos habla allí del psicoanálisis como “un hecho social”. Un hecho que se constata. Existen 7 Escuelas de psicoanálisis de la AMP fundadas por él, hay psicoanalistas en casi todos los lugares del mundo y el psicoanálisis se practica en casi todas las lenguas. Tiene repercusiones enormes en el mundo, en el campo de la educación, de la salud, de la vida amorosa, familiar, pero no siempre estamos prestos a leer las modalidades en la que algo de sus planteamientos se ha insertado en la cultura. Una de estas repercusiones, dice Miller, es la existencia de las psicoterapias. Es un hecho extendido en el planeta que la escucha produce alivio al malestar subjetivo. Por ello pululan diversos tipos de psicoterapias, o dispositivos de escucha. De igual modo, son muy populares las series televisivas que apuntan al valor de ser escuchado en terapia y que ponen la lupa sobre figura del terapeuta y sus intervenciones. El director de la película, Richard Ledes, se propone otra cosa: utilizar sus recursos cinematográficos para recrear su lectura de lo que es una cura psicoanalítica lacaniana. Por ello habla de un descentramiento de la cámara de un plano especular, no utilizando la cámara paralela, para, desde la exploración de diversos ángulos y planos, crear el efecto de una presencia y una operación distinta.

Y bajo diferentes formas de aludir a ella, es una película que nos pone a conversar sobre qué entendemos hoy por interpretación.

En esta intervención de Miller que les mencioné, él propone una formulación muy sencilla pero que va al corazón del asunto: “Te digo que dijiste otra cosa que lo que querías decir”. De este modo, se elicita otro nivel que lo dicho por el yo que cree que sabe lo que dice, para hacer aparecer, justamente, un decir que el sujeto desconoce en sus dichos. Ello habla, decía Freud y eso se goza, añade Lacan. Y una interpretación es interpretación cuando sorprende y objeta la intención de significación. Para producir una interpretación que no vaya en el sentido extendido de lo se ha impregnado en la cultura como interpretación, “el analista debe formarse ante todo en comprender la retórica del inconsciente […] debe conocer las formaciones de su propio inconsciente, y por tanto, antes que nada, analizarse”[2].  De allí que el análisis personal sea la columna vertebral de la formación del analista.

En la intervención de Miller, tomando el ejemplo de un lapsus, -de una palabra que viene al lugar de otra, más allá de nosotros mismos, o a pesar de nosotros mismos- nos insta a reflexionar seriamente sobre estos acontecimientos de palabra. Dice: “Aun vale la pena romperse la cabeza en eso”. Yo agregaría, aun vale la pena romperse la cabeza sobre la función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis.

Como bien lo dice Lacan en el Seminario 1, en su atenta lectura de Freud: “Nuestros actos fallidos son palabras que triunfan, nuestras palabras que tropiezan son palabras que confiesan. Unos y otros revelan una verdad de atrás. En el interior de lo que se llama asociaciones libres, imágenes del sueño, síntomas, se manifiesta una palabra que trae la verdad. Si el descubrimiento de Freud tiene un sentido solo puede ser éste: la verdad caza al error por el cuello en la equivocación.”[3]

El film, de manera lateral, diría, también alude a una dimensión de la interpretación lacaniana que no se enreda en ningún tipo de desciframiento, sino que apunta a producir, vía un uso original del lenguaje, un sinsentido necesario para que se vacíe lo repetitivo de la incesante interpretación del sujeto con la que ha leído su mundo y lo que cree, le estaba destinado a ser. En la película, destaco la escena donde Seriema está en estado de urgencia por la aparición de lo que ella llama una alucinación. El Lacan, personaje de la película, recorta el significante Ratas, pero al hacerlo resonar, apuntando al estado nativo del significante que no tiene atado a su suela ningún sentido, al hacer vibrar su sonoridad, hace emerger otra escritura, la sílaba inicial del nombre de su padre y de su abuelo, escritura que permite operar sobre una amalgama de culpa, vergüenza y muerte, separando sus elementos y, quizás, conmoviendo una identificación.  

Es un detalle fino, pareciera un detalle menor, es poco notorio en relación al gran despliegue de la performance del actor Lacan. Pero el efecto es flagrante en relación a ese penar de más, estrafalario, como lo destaca Lacan en su seminario 11, a propósito de la irrepresible satisfacción de la pulsión que habita los síntomas.

Si “las pulsiones son el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir”[4], las palabras hablan pulsión, reverberan. Pero para captarlo en una escucha, y poder intervenir allí, es imprescindible haberlo apre-hendido en carne propia, bajo transferencia, en una experiencia de análisis.

[1] Lacan Web Télévision, La escucha con y sin interpretaciónhttps://www.youtube.com/watch?v=F56PprU6Jmk&t=3s

[2] Laurent, E., “Política del pase e identificación desegregativa”, Revista Lacaniana de Psicoanálisis #26 El factor infantil, EOL, Buenos Aires, 2019, p. 93.

[3] Lacan, J., El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Paidós, Buenos Aires, p. 386.

[4] Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 18.