Por: Jaime Castro
Marzo 15 2022
Miembro de la NEL y la AMP
Responsable de la Comisión de carteles de la NEL-Cali
4a Noche de carteles: La elección de la pregunta de trabajo – NEL Cali
Quiero agradecer inicialmente la presencia en esta noche de los integrantes del cartel “Situación actual de la transferencia”: Manuel Alejandro Moreno, quien cumple la función Más Uno y Camilo Lugo, cartelizante.
El día de hoy la Comisión de Carteles ha considerado importante convocarlos a conversar acerca de la experiencia de la elección de una pregunta de trabajo en el cartel.
Partamos del primer punto de la formalización del cartel formulada por Lacan:
Primero – Cuatro se eligen, para proseguir un trabajo que debe tener su producto. Aclaro: producto propio de cada uno y no colectivo.
Retomemos entonces que el cartel es un dispositivo, un instrumento para proseguir un trabajo de estudio, de formación en psicoanálisis. Este trabajo tiene como particularidad que se aspira a que cada uno de sus integrantes, a quienes llamaremos cartelizantes, y también por supuesto, quien ocupa la función de Más Uno, obtenga un producto propio. No se trata de que el cartel obtenga un producto colectivo, un producto de grupo, un producto del cartel.
Subrayemos entonces que la estructura del cartel está pensada para contrarrestar uno de los efectos de los modos de funcionamiento grupal donde lo que se busca, vía una identificación entre los integrantes del mismo, es la producción grupal, un producto grupal. Desde esta perspectiva las preguntas e intereses individuales quedan supeditados a una pregunta o tema de trabajo que agrupa a sus integrantes.
En la experiencia de cartel, lo que agrupa a sus integrantes, cartelizantes y Más Uno es un tema al que han consentido. Por ejemplo, hoy nos acompañan algunos integrantes del cartel Situación actual de la transferencia. La elección del nombre del cartel también tiene su proceso en cada experiencia. En muchos casos se requiere un tiempo de trabajo para que entre sus integrantes se afine el nombre que le darán al cartel. Si bien parten de una idea esta puede irse afinando hasta encontrar un enunciado, un nombre con el cual inscribir su cartel.
Algo similar ocurre con las preguntas, rasgos o sujetos de trabajo de cada cartelizante y del Más Uno. Hay quienes tienen de entrada una pregunta muy bien definida, pero en muchos casos también cada uno requiere un tiempo x para afinar su pregunta e inscribirla. En cada caso al interior de cada cartel tendrán que ir sopesando la definición de la pregunta de cada uno, pues tampoco se trata de aplazar esta definición eternamente. Un impasse que puede suceder en un cartel es no lograr la definición de una pregunta de trabajo lo cual va incidir en la elaboración de un producto de trabajo.
¿Qué implica entonces establecer la pregunta de cada Uno?
Para que se obtenga un producto propio de cada uno, se requiere entonces, como antecedente lógico, que haya surgido una pregunta con la misma lógica de ser propia de cada uno. Ahora bien “propia, de cada uno” no quiere decir que la pregunta tenga necesariamente que ser la gran pregunta original del psicoanálisis. Se trata de preguntas de acuerdo al momento de formación de cada uno, en ese sentido no hay preguntas ideales o que se deban ajustar a un formato estandarizado de lo que debería ser una pregunta de cartel.
El cartel, al contrario de estar conformado por sujetos supuestos saber, está integrado por cartelizantes, sujetos supuestos no saber. Hay que subrayar la voz activa del sustantivo cartelizante tal cual como la encontramos cuando en la experiencia analítica nos referimos al analizante y no al paciente.
Si un cartel busca alojar los momentos de formación de cada uno de los cartelizantes es porque se espera que acoja sus preguntas, las cuales por supuesto son susceptibles de ser debatidas con los otros cartelizantes y el Más Uno para afinarlas, transformarlas o cambiarlas si es del caso. Esa es la riqueza de un cartel, que las preguntas que un cartelizante tiene puede ser dinamizada en el encuentro con los otros.
Una aclaración. Hoy hemos titulado Pregunta a este momento inicial que de alguna manera es el punto de partida del trabajo. Otros lo llaman Rasgo, otros Sujeto del cartel. Para otros, su formulación no necesariamente está en términos de pregunta sino en la selección de un tema, de un tópico de interés.
En cualquier caso, sea pregunta, rasgo, sujeto, tema, lo que hay que subrayar de nuevo, es que se aspira a que sea propio, de cada uno, y no colectivo. En esa vía, aquello que se establece como pregunta, rasgo de trabajo o sujeto del cartel, es una pregunta que te pregunta, un rasgo que te rasga, un sujeto de trabajo que te divide, que te trabaja.
La apuesta del cartel entonces es poner a circular y a trabajar, con otros, eso que te trabaja, para no quedarse en la soledad ni de la pregunta ni de la posible elaboración. Es una elaboración propia, producto propio de cada uno, no sin otros, con quien se conversa.
Decía en la pasada Noche de Carteles de la NEL Bogotá que para Lacan el cartel es el órgano base de la escuela, y que como tal, como órgano, es un órgano vivo. Podemos agregar en ese sentido, que la pregunta de trabajo en el cartel toca algo del orden de lo vivo de cada uno de sus integrantes. La estructura del cartel al establecer un corte en la unidad grupal y relanzar a cada uno a su pregunta, toca de alguna manera Lo Uno de cada Uno, ese real, que está en juego en la formación, y que bordeamos, en el contexto del cartel, a través de la elaboración de un saber, con otros, sobre la base de un no saber.
Recordemos la homofonía en francés entre essaim, enjambre y S1 para agregar con Lacan, que el cartel es un enjambre, una experiencia de trabajo de un conjunto de S1.
La pregunta de cada uno, y su elaboración consecuente, elaboración propia puesta al diálogo con otros en el dispositivo del cartel, hace eco de que la formación la hace cada uno desde lo más singular de su subjetividad, no sin otros.
La estructura del cartel pone en relación a los cartelizantes entre sí y entre cada uno con el Más Uno. A esto lo llamamos transferencia de trabajo. Es decir, no es una reunión de amigos, así entre los cartelizantes haya lazos de amistad, pero la reunión como tal es una reunión de trabajo en función del tema que los agrupa y de las preguntas que los particulariza.
Entonces, el cartel enlaza con otros gracias a la transferencia de trabajo sobre la base de que no hay lazo. Trato de explicar esta paradoja. En la medida que el cartel profundiza lo Uno de cada Uno al exigirle a cada cartelizante que defina su pregunta, su rasgo de trabajo, rompe la unidad grupal. Así, la transferencia de trabajo que remite a la pregunta de cada uno puesta al trabajo con otros, sustituye lo que podríamos llamar la transferencia imaginaria que apunta a la unidad grupal y a los efectos imaginarios de grupo.
Otra manera de decirlo es que el cartel limita lo Uno del grupo a partir de profundizar en lo Uno de cada Uno, que se pone a circular con otros, gracias a la transferencia de trabajo que se puede llegar a establecer.
Es una apuesta a verificar en cada cartel durante el tiempo de la experiencia y a posteriori.
Para finalizar algunas citas de Jacques-Alain Miller en su texto Cinco variaciones sobre el tema de la “elaboración provocada”[1]
“El trabajo es suscitado siempre por una llamada, una llamada de provocadores que va a buscar lo que es latente y que llamando revela, véase crea. La llamada al trabajo es el toque de diana para despertar, llama”
“Si hay provocación al trabajo, a la elaboración es que no hay ninguna vocación para el trabajo, habría, más bien, vocación para la pereza. Es un tema para economistas: como provocar para el trabajo a los trabajadores cuya inclinación, desde la instalación del discurso capitalista, sería la de no hacer nada. ¿Con qué estimulantes materiales o con qué estimulantes ideológicos? De hecho la estimulación es siempre significante”.
Hasta aquí las citas. Solo quiero, finalmente, dejar nombrado algo que me resuenan a partir de ellas, y es la relación que existe entre el establecimiento de una pregunta o rasgo de trabajo y la función Más Uno. Seguramente podremos conversar ampliamente sobre esto hoy o en alguna otra Noche de carteles dedicada a la función Más Uno. Por lo pronto, planteo que hay una articulación entre Más Uno y rasgo de trabajo de cada cartelizante. La función Más Uno, desde ese lugar éxtimo que ocupa, por un lado agrupa al cartel, lo anuda y por otro, lo desagrupa remitiendo al cartelizante a su pregunta de trabajo. Cierro mi intervención diciendo que esta operación es permanente a lo largo de la experiencia.
[1] Miller, Jacques-Alain. Cinco variaciones sobre el tema de la “elaboración provocada”. 1986. Descargado de https://www.wapol.org/es/las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intPublicacion=10&intEdicion=3&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=295&intIdiomaArticulo=1